- Los planes de igualdad mejoran el clima laboral, retienen talento y fortalecen la imagen corporativa, aunque su implementación requiere afrontar una burocracia «tediosa».
- La elaboración de estos planes exige una reflexión profunda, consensos y la creación de medidas específicas, pero también enfrenta retos como cambios normativos frecuentes y falta de comunicación efectiva.
- La administración pública impone la normativa, pero expertos proponen incentivos fiscales en lugar de sanciones para fomentar su aceptación y eficacia.
- El teletrabajo y la digitalización son herramientas clave para promover la igualdad, aunque pueden reforzar estereotipos si no se gestionan adecuadamente.
Los beneficios de implementar un plan de igualdad
En un desayuno informativo organizado por la CEV, expertos analizaron los beneficios y desafíos de los planes de igualdad en las empresas de la Comunitat Valenciana. Según Remedios Cerdán, representante de CEV Alicante, estos planes no solo cumplen la normativa vigente, sino que también mejoran el clima laboral, refuerzan la reputación corporativa, aumentan la productividad y ayudan a retener talento. Sin embargo, otros participantes, como Nuria Pastor, indicaron que aún es «temprano» para medir el impacto generalizado de estas herramientas.
Por su parte, Irene Picó destacó el valor educativo de los planes, señalando que «despiertan en empleados aspectos que ni siquiera conocían». No obstante, Noelia Pozo subrayó que la burocracia asociada a estos procesos puede resultar compleja y frustrante, especialmente para quienes gestionan los planes sin experiencia previa.
Problemas frecuentes y percepción empresarial
Entre los principales problemas señalados en el debate están los constantes cambios normativos y la falta de claridad en las directrices. Nuria Pastor afirmó que las empresas a menudo se enfrentan a normativas «impuestas y mal comunicadas», lo que genera rechazo y desinterés. Por su parte, Lola Sánchez, de FEMPA, propuso una nueva perspectiva: considerar el plan de igualdad como una oportunidad de crecimiento y no solo como una obligación legal.
Otra dificultad identificada fue la falta de personas adecuadas en las comisiones de negociación de los planes, lo que puede llevar a la firma de compromisos que las empresas no comprenden plenamente. La representante de ESOC lamentó que algunas empresas no sean conscientes de la vinculación legal de los objetivos incluidos en los planes.
Incentivos frente a sanciones
La mesa de expertos debatió sobre si los incentivos podrían ser más efectivos que las sanciones para fomentar la igualdad. Mientras que la administración pública impone cuotas y normativas obligatorias, algunos participantes defendieron incentivos fiscales, como bonificaciones en la Seguridad Social o el Impuesto sobre Sociedades, como herramientas más atractivas y eficaces. Sin embargo, Remedios Cerdán puntualizó que, aunque las cuotas generan rechazo, han sido necesarias para avanzar en sectores históricamente masculinizados.
Teletrabajo y digitalización: herramientas de igualdad
El teletrabajo surgió como un tema clave, especialmente como herramienta de conciliación laboral y familiar. Aunque Sánchez valoró positivamente su impacto para algunas mujeres, Pozo señaló que los hombres no suelen asumir la corresponsabilidad en el cuidado familiar, destacando que muchas paternidades coinciden con periodos como mundiales de fútbol. Además, Cerdán advirtió que un mal uso del teletrabajo podría reforzar estereotipos de género y aumentar las desigualdades.
En cuanto a la digitalización, se coincidió en que favorece la igualdad al facilitar el acceso, pero también plantea riesgos si los algoritmos utilizados no son diseñados con neutralidad de género. Javier Vázquez destacó la importancia de la formación y educación para evitar que los estereotipos sean perpetuados en los sistemas digitales.
Un camino con retos, pero imprescindible
El debate concluyó con una reflexión sobre la importancia de los planes de igualdad como herramientas esenciales para combatir la desigualdad estructural en las empresas. Aunque los participantes reconocieron la complejidad del proceso, coincidieron en que la educación, simplificación de procesos y colaboración entre empresas y administración pública son claves para que estas iniciativas tengan éxito.