- El CSIC ha implementado un nuevo protocolo contra el acoso sexual con una cláusula de confidencialidad que podría revictimizar a las denunciantes.
- Expertas en violencia de género y sindicatos alertan sobre los riesgos de esta cláusula y su posible impacto negativo en las víctimas.
- El protocolo incluye una cláusula que prohíbe compartir información sobre investigaciones internas, lo cual podría contravenir principios legales y de derechos humanos.
Tras la investigación del diario Público sobre los casos de acoso sexual en el Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) y una moción de Esquerra Republicana de Catalunya (ERC) denunciando negligencias en la protección de las trabajadoras, el Congreso de los Diputados instó al CSIC a modificar su protocolo frente al acoso sexual. El nuevo protocolo, implementado el 29 de abril, incluye una cláusula de confidencialidad que ha generado polémica.
Polémica por la cláusula de confidencialidad
El nuevo protocolo prohíbe compartir informes y datos sobre la investigación interna iniciada tras una denuncia de acoso sexual, así como las opiniones y valoraciones vertidas durante las pesquisas. Si bien este acuerdo de confidencialidad es adecuado para el personal que participa en la investigación, su aplicación a las víctimas podría contravenir los principios de la ley de libertad sexual española y el Convenio de Estambul, ratificado por España para luchar contra la violencia de género.
Impacto en las víctimas
Expertas en violencia de género y representantes sindicales advierten que esta cláusula puede revictimizar a las denunciantes al tratarlas como una parte más de un conflicto, en lugar de reconocer que se trata de un acto de violencia. María Naredo, jurista especializada en derechos humanos y género, señala que «no es un conflicto, es violencia». Isabel Loureiro, delegada del sindicato Comisiones Obreras (CC.OO.), añade que el silencio no debe ser impuesto a las víctimas que deciden denunciar agresiones machistas.
Respuesta del CSIC
El CSIC asegura que la declaración de confidencialidad no está dirigida a las víctimas, sino a otros actores como los directores de centros o compañeros de trabajo que denuncian. Sin embargo, la redacción del protocolo genera dudas entre las expertas y representantes sindicales, quienes temen que esta cláusula pueda aplicarse también a las víctimas.
Debate sobre la perspectiva de género
La posible falta de perspectiva de género en el protocolo preocupa a representantes sindicales del CSIC, quienes consideran que la nueva normativa puede ser insuficiente para proteger a las trabajadoras. Algunas fuentes sindicales describen el nuevo protocolo como un «brindis al sol», sugiriendo que pretende simular una mayor perspectiva de género de la que realmente implementa.
Ejemplos comparativos
Casos como el de la multinacional H&M en España, que intentó hacer firmar a sus trabajadoras una cláusula de confidencialidad ilegal en casos de acoso sexual, ilustran los riesgos de estas prácticas. H&M desistió de implementar dicha cláusula tras las críticas recibidas.
El acoso sexual es una violencia contra las mujeres penada por la ley del solo sí es sí, cuyo principio rector es «la respuesta institucional que coloca a las víctimas en una posición de titulares de derechos humanos y a las administraciones públicas en la posición de garantes de los mismos».