- El 85 % de las empresas ha sufrido ataques de ransomware en el último año, recuperando solo el 55 % de los datos afectados.
- La figura del delegado de protección de datos (DPD) es clave para garantizar el cumplimiento del RGPD en la Unión Europea.
- En 2024, se prevé que el gasto global en seguridad y gestión de riesgos alcance los 215.000 millones de dólares.
- La falta de profesionales cualificados en ciberseguridad afecta al 67 % de las organizaciones, limitando la respuesta a amenazas.
La importancia de la protección de datos en el ámbito empresarial
En la economía global, los datos son un activo estratégico fundamental para las empresas. Sin embargo, la creciente sofisticación de los ciberataques y la diversificación tecnológica obligan a las organizaciones a invertir cada vez más recursos en la protección de datos. Contratar servicios especializados en esta área se ha vuelto esencial para garantizar tanto el cumplimiento normativo como la defensa frente a las amenazas digitales.
Retos críticos en la seguridad de datos
El ransomware ha emergido como una de las principales amenazas para las empresas, afectando al 85 % de las organizaciones en el último año. Solo un 55 % de los datos cifrados o destruidos durante estos ataques es recuperable, lo que resalta la necesidad de estrategias robustas de ciberseguridad.
Además de los riesgos técnicos, uno de los mayores desafíos es la falta de talento especializado. El 67 % de las empresas enfrenta dificultades para encontrar profesionales capacitados en áreas como seguridad en la nube, inteligencia artificial y enfoques Zero Trust.
La normativa como pilar de protección
El Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) de la UE y la Ley Orgánica de Protección de Datos y Garantía de los Derechos Digitales en España establecen un marco claro para la gestión de datos personales. Estas normativas no solo promueven la protección de los derechos individuales, sino que también refuerzan la confianza en los procesos digitales y el cumplimiento empresarial.
La figura del delegado de protección de datos (DPD), obligatoria para ciertas entidades y recomendable para otras, es crucial para supervisar y garantizar el cumplimiento de estas normativas. Su rol contribuye a la resiliencia operativa y a la creación de una cultura organizativa alineada con los derechos digitales.
Más allá de la ciberseguridad: igualdad y transparencia
Además de las medidas técnicas, las empresas deben implementar herramientas como planes de igualdad y canales de denuncias. Estas iniciativas fomentan la equidad y la transparencia, ayudando a prevenir riesgos internos relacionados con el manejo indebido de datos. A su vez, refuerzan una cultura organizacional basada en las mejores prácticas internacionales.
El futuro de la protección de datos
Con un gasto global en seguridad que alcanzará los 215.000 millones de dólares en 2024, queda claro que la protección de datos no es solo una necesidad técnica, sino un desafío estratégico y organizativo. Las empresas deben adoptar un enfoque integral que combine formación especializada, tecnologías avanzadas y el cumplimiento normativo para enfrentar con éxito este entorno cada vez más complejo.